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La vida de Jesús, que se prolonga entre sus seguidores y nos hace comunidad a la que llamamos Iglesia, nos desafía con el dinamismo del Resucitado que hace nuevas todas las cosas. Este movimiento de la fe en comunidad nos anima a dar pasos para concretar un proyecto que ya estaba en tiempos del P. Mariani.
Desde el año 2017 venimos madurando esta iniciativa en consulta con los agentes pastorales y el consejo parroquial de asuntos económicos. En 2018, la propuesta fue presentada a Mons. Carlos Ñáñez y en 2020 a nuestro actual Arzobispo Mons. Ángel Rossi. Ambos dieron su parecer favorable ante una Cripta que vive y palpita en sus integrantes.
Nuestro proyecto consiste en brindar un nuevo espacio para encontrarnos y celebrar de manera más segura, según las normas actualmente requeridas y con mayor inclusión, en especial para quienes tienen dificultades en la movilidad.
Por esto, y manteniendo el espacio de la actual cripta, construiremos, con la ayuda de Dios, sin prisa pero con el sostenido compromiso de todos, la nueva Iglesia parroquial en donde está actualmente el salón parroquial y parte del parque.
Bendición de la
Piedra Fundamental
Es bueno saber que, como son espacios superpuestos, podremos seguir encontrándonos y celebrar normalmente en la cripta durante el tiempo que dure la obra. Una vez concluida la iglesia, la actual cripta será el salón parroquial, tal como lo especificaba el proyecto de 1967. Además, seguirá estando disponible si alguien - por tradición familiar o deseo personal - quisiera celebrar allí algún sacramento.
La Cripta vive y, con este paso, asumimos la posta de otro momento para poder concretar este proyecto. Contamos con la ayuda de todos los que hacemos de la Cripta una comunidad viva.